15 min más tarde salen a escena los hermanos Arling, el joven front-man Chad Cherry, John Wator a la segunda guitarra y Danny Smash al bajo, sutituto del original Anthony Rubino. A pesar de haber colado un tema de su primer disco en el popular juego Guitar Hero II, parece que esto no ha aumentado demasiado su popularidad, ya que el público asistente no llega a 1/3 del aforo. No obstante, entre las filas, auténticos fans con la lección muy bien aprendida.
El concierto que se largaron fue totalmente arrollador. Desgranaron clásicos de sus dos (¿tres???; ¿qué pasó con 'the Last Vegas', entre 'Seal the Deal' y 'Whatever Gets You Off'????) LP's, 'Raw Dod', 'I'm bad', 'High Class Trash', 'Loose Lips' (por supuesto), 'White Lies', 'Another Lover', ... con (bastantes) temas nuevos además de los del reciente EP de presentación, 'Other Side EP'.
Engranados como un motor alemán, desarrollaron su poderoso hard-rock-high-ernegy-conunpoquitodesleazy (tooooma!!!!) con una precisión digna de un reloj suizo. Las guitarras sonaron musculosas y potentes, junto con un desgañitado e hiperactivo Chad que no paró de pedirle a los asistentes más implicación.
Tras el protocolario bis, cerraron con una brutal 'Love Me Bad' y con el poco público entregado hasta el tuétano. Sudor, manos cornudas y mucho mucho head-bouncer, fue la noche que nos regalaron estos bestias de Chicago.
Ahora tengo la respuesta clara: sin la Mardi Gras estaríamos todos los music-lovers muy muy muy jodidos, y tendríamos que inventarla.
Al final, tras picar en el habitual merchandising, Chad me agradece mis elogios y me confirma que a principios de junio tendremos en nuestras tiendas de discos su nueva entrega. ¡Bien, coño bien!!!!
Let's rock!
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