Pero los '80 alguna cosa buena nos dejaron, una de ellas fue el nacimiento de uno de los monstruos más relevantes del rock internacional. Siempre tendré el recuerdo de como asomaba en las camisetas de los heavies o de los chicos malos del colegio, hablo de Eddie the Head, mascota de la banda británica Iron Maiden.
Eddie, hijo del ilustrador británico Derek Riggs, es un individuo al cual parece que le han sacado la piel a tiras dejando a la vista la naturaleza de su masa fibrosa, puede que sea ese el motivo de su mala leche y de su rostro constante de cabreo.
Esta genial, fantástica y satánica criatura está cargada de polémica sobretodo en sus primeras apariciones como en la portada de Sanctuary donde aparecía acuchillando a la exprimera ministra Margaret Thacher por arrancar un poster de sus chicos.
Tras la censura de esta portada en el Reino Unido, Eddie volvió a aparecer en el álbum Women in Uniform acompañado de dos mujeres y con una Margaret Thacher que lo espera tras la esquina armada hasta las cachas para tomarse la revancha.
Pero no solo los políticos debían de temer a Eddie, los mismos rockeros podían ser víctimas de este descerebrado y sino que se lo digan a Ozzy Osbourne que apareció degollado en manos del único que dominaba al mismo demonio.
Tal y como era de esperar Eddie fue sufriendo transformaciones con el paso del tiempo y más aún al pasar de las manos de unos artistas a otros y con la aparición de nuevas tecnologías para su representación, pero lo que Iron Maiden siempre ha tenido claro es mantener su espíritu agresivo y polémico para que los acompañe en cada bolo que dan agitando a sus seguidores siempre que asome por el escenario.